9ª etapa: Lugo - Ferreira
Como viene siendo habitual, el cielo se muestra
amenazante, la bruma matinal, la cual esperas que se diluya a medida que avanza
el día, se convierte en una fina capa de agua, en algunos momentos ves el sol
pero rápidamente es tapado por un frente borrascoso que hace que te tengas que
cubrir rápidamente.
Hoy la etapa comprende 27 kilómetros hasta Ferreira que
es donde tengo pensado descansar, es un perfil suave y con mucho recorrido por
carretera, los paisajes, como no podría ser de otro modo, son admirables y
pintorescos desde la misma salida de Lugo por su puente romano que cruza el río
Miño hasta su final, la verdad es que ya ni la lluvia incesante en algunos
momentos me molesta, es curioso pero te terminas acostumbrando a todo y aunque
estás empapado por la intensidad del agua en momentos puntuales, no te impide del
disfrute de la etapa, los asumes como una anécdota más a tu aventura, asumes
que en tu travesía de varios días, has de pasar por diferentes estados tanto
meteorológicos como emocionales y eso te hace más fuerte, vas advirtiendo como
éstas inclemencias fortalecen tu ánimo y lejos de deprimirse o asustarse
reacciona de forma inversa, superando todas estas pruebas día tras día, tu
espíritu se ve vigorizado y observas como tu esfuerzo se va convirtiendo en
voluntad, te sientes bien contigo y con todo lo que te rodea, creo que esto es
el Camino, llegar a este estado de concentración y bienestar, el objetivo se ha
alcanzado, solo resta llegar a la meta.
El albergue de Ferreira, A Nave, es muy buen albergue,
nuevo, limpio y bien organizado, eso sí, si quieres comer algo lo tendrás que
hacer en el bar de al lado, no es bueno su menú, pero ya te da todo un poco
igual, lo único que pides es algo de comer a buen precio y un lugar donde
asearte y descansar, ni que decir tiene que el entorno es muy acogedor.
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